martes, 28 de agosto de 2012

Santa Maria dell'Umiltà a Trevi

En el Rione Trevi, cercana a la fuente más famosa del mundo, del mismo título, encontramos en la Via dell'Umiltà 30, 00187 Roma, la Chiesa Annessa di S. Maria dell'Umiltá (teléfono 06-69.00.11), de la Parrocchia Santi XII Apostoli. Es una pequeña iglesia barroca, de un convento de dominicas primero, y después del North American College, y casi ignorada, por lo común cerrada, pero que puede ser visitada requiriéndolo en el portón a la derecha.
Su fundación está ligada a los avatares de una noble toscana: Francesca Baglioni Orsini di Perugia, hija de Caterina de' Medici -sobrina del Papa Clemente VII de' Medici- y de Pirro Baglioni Colonna, nacida en Florencia en 1543. A la edad temprana de catorce años fue desposada, aun en contra de su voluntad, con el barón romano Francesco Orsini, malográndose así su auténtica vocación: la vida religiosa. Viuda en 1593, a los cincuenta años, decide empeñarse, en compensación por su malograda vocación juvenil, en la construcción de un monasterio femenino.
Habitaba entonces nuestra dama a los pies del Quirinal. Ella quería establecer el convento cerca de su morada, hasta que en 1599 logró comprar una manzana de casas enfrente de la suya a Francesco Mirabello por 6500 escudos. Fue disponiéndolo todo, y finalmente, el siete de marzo de 1601, comenzaron las obras. Se inauguró el veintinueve de septiembre de 1613, destinándose a monjas dominicas, por lo que Paulo V Borghese dispuso que tres religiosas del Monasterio de S. Maria Maddalena al Quirinale -Caterina dei Conti della Genga, Angela Altieri y Angela Murari- se trasladaran allí para implantar allí la vida regular. La fundadora pasó a vivir en clausura, aunque sin emitir votos, y allí murió, octogenaria, el quince de julio de 1625.
La iglesia conventual, cuyo título oficial era Chiesa della Santa Maria Asunta al monastero dell’Umiltà, fue primeramente erigida en el interior del complejo arquitectónico. Pero posteriormente, entre 1641 y 1646, se construyó un nuevo templo con fachada a la calle, obra del arquitecto Paolo Maruscelli, colaborador de Borromini en el proyecto del Oratorio de los Filipenses, completado por Carlo Fontana, que termina la fachada en 1680, por orden del Beato Inocencio XI Odescalchi.
Encomendado el edific
io a los americanos, según veremos, se hicieron obras de restauración y adaptación a cargo de Andrea Busiri Vici en 1859, entre las que está una desafortunada reforma de la fachada, al sustituir el tímpano roto curvilíneo de su coronamiento por uno de gusto neoclásico que interrumpe el ritmo ascensional de las pilastras corintias de orden gigante, además de que además quedó sofocada por la elevación de una nueva planta del edificio conventual.El bajorrelieve de la fachada es obra de Vincenzo Felici, y representa la Asunción de la Virgen: "el que se humilla será ensalzado y el que se ensalza será humillado" (Mt. XXIII, 12).
El interior es de una sola nave, espléndidamente decorada y revestida de mármoles polícromos y estucos barrocos, que se deben a Carlo Fontana, que diseñó la de
coración en 1710, costeada por una religiosa de importante familia. En la bóveda, decorada al fresco por Michelangelo Cerruti en 1726, admiramos una representación de la Asunción de la Virgen. El interior fue completado por Alessandro Dori en 1737, y la fábrica fue remozada en 1756 por Clemente Orlandi. Las estatuas de las hornacinas son de Antonio Raggi (1624-1686), discípulo de Bernini.
La capilla mayor fue diseñada por Martino Longhi il Giovane entre 1640 y 1646, y sus relieves de Santa María Magdalena and Santa Catalina de Alejandría son de Francesco Cavallini. La pintura sobre el altar mayor es una copia decimonónica de la famosa Madonna de la Misericordia, conocida cariñosamente por los residentes de la casa como Nuestra Señora de la Humildad.
Entre las obras de arte repartidas por la iglesia, en el segundo altar de la izquierda podemos encontrar una pintura de San Miguel Arcángel de Francesco Allegrini (1587-1663). Destaca en su tribuna sobre la puerta de entrada el órgano de 1735, con bellísima caja dorada de estilo rococó, una de las más bellas de Roma, sólo comparable a la del de la Maddalena.
El monasterio fue suprimido durante la invasión napoleónica.
En 1814 las visitandinas, fundadas por San Francisco de Sales, obtuvieron la propiedad, pero fueron obligadas a abandonarla en 1849 por las fuerzas de la República Romana. Las tropas francesas que pronto ocuparon la ciudad para restablecer la autoridad pontificia, usaron el edificio como cuartel.
En 1854 el Cardenal de Westminster Wiseman propuso la idea de crear un colegio pontificio para formar clero diocesano norteamericano, iniciativa que obtuvo el beneplácito del Beato Pío IX Mastai-Ferretti. El mismo año el Papa envió al Arzobispo Gaetano Bedini como legado papal a los EE.UU. Éste regresó con dos recomendaciones: la de enviar un Nuncio formal a dicho país y la de fundar un colegio americano en Roma. Persuadidos por la inquietud del Papa y espoleados por el entusiamo de Bedini, que había pasado a ser Secretario de la Congregación de Propaganda Fide, los obispos americanos enviaron dos sacerdotes a Roma en 1856 para estudiar la situación, y al año siguiente diputaron al Obispo de Pittsburgh O’Connors para finalizar los preparativos.
La Congregación de Propaganda Fide adquirió esta propiedad de la Via dell’U
miltà romana el veintidós de septiembre de 1858; los soldados franceses la abandonaron sólo siete meses antes de que el colegio abriera sus puertas el siete de diciembre de 1859 para doce estudiantes norteamericanos, que residían en el Colegio Urbano de Propaganda Fide. La inauguración oficial fue al día siguiente con una misa solemne celebrada por el Arzobispo Gaetano Bedini en honor de la Inmaculada Concepción, un especial pranzone y una audiencia con el Beato Pío IX a su invitación. El veintinueve de enero de 1860 el papa devolvió la visita, y celebró misa en el colegio y desayunó allí.
Dos años más tarde aprobó formalmente la cesión de los edificios por la Congregación de Propaganda Fide a los obispos estadounidenses.
Los primeros años del colegio fueron cortos en recursos y en número de estudiantes.
El veinticinco de octubre de 1884, León XIII Pecci decretó la elevación a colegio pontificio de la fundación, pero la Congregación de Propaganda Fide retuvo su propiedad legal hasta 1948, cuando el Venerable Pío XII Pacelli la donó a la institución después de la II Guerra Mundial.

En 1924 los obispos estadounidenses otorgaron autoridad al consejo de fideicomisarios para contratar un crédito de 600.000 dólares para comprar diez acres de terreno de la Villa Gabrielli, en el Gianicolo, para un nuevo American College
, conocido popularmente como “the Hill”. La nueva propiedad estaba pagada en 1929, y en 1933 se hicieron mejoras en la Casa San Giovanni, un edificio del siglo XVIII en sus términos, para que los estudiantes puedan habitar allí antes de que uno más grande fuera construido. Desde ese mismo año, los estudiantes dejaron de asistir al Colegio de Propaganda Fide y pasaron a la Universidad Gregoriana. Hoy atienden a la Gregoriana, al Angelicum, al Alphonsianum, a San Anselmo, al Bíblico… entre las universidades de Roma.
La llegada de la II Guerra Mundial dilató la construcción del nuevo edificio e hizo que se clausurara la institución en mayo de 1940 y los estudiantes regresaran a los EE.UU. (se reanudaría su actividad en 1947). El colegio de la Via dell’Umiltà albergó durante el conflicto bélico a huérfanos refugiados de guerra. La propiedad del Gianicolo también dio cobijo a muchos refugiados, mientras que la villa hospedaba a los sacerdotes americanos al servicio del Vaticano.

La construcción del presente seminario del Gianicolo, con capacidad para trescientos ocupantes, se levantó de 1946 a 1953, bajo la rectoría del Obispo Martin J. O’Connor, con el Cardenal Francis J. Spellman como miembro del Consejo Episcopal. El catorce de octubre de este último año el Venerable Pío XII Pacelli dedicó el complejo. En octubre de 1959 el North American College celebró su centenario, ocasión por la cual fue visitado por el Beato Juan XXIII Roncalli. Pablo VI Montini giró también visita allí en 1970, y en 1980, el Venerable Juan Pablo II Wojtyla.
El viejo inmueble de Via dell’Umiltà, objeto de nuestro comentario, desde la construcción del nuevo edificio del Gianicolo se dedicó para sacerdotes postgraduados americanos residentes en la Ciudad Eterna.
Hoy es denominado Casa Santa Maria, afectuosamente llamada la “House on Humily street”.
Bibliografía
M. Armellini: Le Chiese di Roma dal secolo IV al XIX, f/s. de 1891, Edizioni del Pasquino, Roma 1982, p. 260.
G. Tesei: Le Chiese di Roma, Wefag, Roma 1991, pp. 82 s.
L. Zeppegno & R. Mattonelli: Le Chiese di Roma, Newton Compton Editori, Roma 1975, p. 192.

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